México

La Organización Familia Pasta de Conchos (OFPC) fue creada en 2006, a raíz de un desastre en la Mina 8, en la Unidad Pasta de Conchos, ubicada en el municipio de San Juan Sabinas, Coahuila, y administrada por la empresa Grupo México. Durante el siniestro, 65 mineros quedaron atrapados y posteriormente murieron. A raíz de esto, sus familiares se unieron para exigir la recuperación de sus cuerpos, hasta la fecha sólo se han recuperado dos cuerpos. 

PBI ha acompañado a la organización desde 2014. 

PBI publica testimonios de mujeres defensoras que participan activamente en la promoción del diálogo y la creación de espacios de paz en el contexto violento de México.
 

A pesar de la existencia de un mecanismo gubernamental de protección para personas defensoras de derechos humanos y los periodistas, estas poblaciones siguen enfrentando altos niveles de riesgo en México. La sociedad civil ha pedido en repetidas ocasiones al gobierno mexicano que implemente políticas de protección holísticas que aborden las causas fundamentales que generan el riesgo, y que mejore la dotación de recursos y la coordinación del mecanismo. 

A raíz de las solicitudes de la sociedad civil y de una misión exploratoria realizada en diversas regiones de México, PBI abrió una oficina en el norte del país y amplió su acompañamiento a los DDH en los estados de Coahuila y Chihuahua. 

Tras el desalojo violento de un plantón de miembros de un sindicato de maestros del centro de la ciudad de Oaxaca, estalló un conflicto social en Oaxaca. Entre 2006 y 2007, las organizaciones de la sociedad civil documentaron numerosas violaciones de derechos humanos, como detenciones arbitrarias, torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.  

PBI participó en dos misiones de observación civil en el estado durante el conflicto, y en 2008 abrió un equipo permanente en Oaxaca. 

En 2003, PBI comenzó a acompañar a Tita Radilla, vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos (AFADEM), cuyo padre, Rosendo Radilla Pacheco, había sido desaparecido forzosamente en Atoyac, Guerrero, en 1974. Tita y otros miembros de la familia sufrieron ataques y amenazas debido a su trabajo en busca de justicia para sus seres queridos.