Tras tantas fórmulas de paz fallidas y negociaciones fracasadas de tantos gobiernos, la propuesta de paz más estimulante de este año no viene de un grupo de políticos en Bogotá ni de uno de los grupos armados, sino de un grupo de personas campesinas de las más afectadas por la guerra que conforman la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra (ACVC). Para la ACVC, la paz solamente se puede lograr cuando se sienten todas las comunidades y grupos afectados por la guerra a proponer sus propias soluciones. Porque tal y como lo reconoce el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en una investigación del año 2003: mientras que el conflicto se ha ensañado sobre todo en la “periferia” rural, la responsabilidad de buscar una solución siempre ha venido del interior, un grupo élite de políticos que tratan de resolver el conflicto a través de victorias militares o negociaciones con actores armados[1].
La paz, según el entendimiento de la ACVC, no es algo que puede ser otorgado por un grupo de políticos, sino un proceso participativo de toda la sociedad, especialmente los grupos más afectados. El Encuentro Nacional de Comunidades Campesinas, Afrodescendientes e Indígenas por la Tierra y la Paz de Colombia del 12 al 15 de agosto de 2011 en Barrancabermeja (Santander) es una propuesta para buscar soluciones al conflicto desde abajo, no desde arriba.
Líderes comunitarios hablan sobre la paz
Eustaquio Polo Rivera, líder comunitario, Zonas Humanitarias de Curbaradó
Ligia María Chaverra, lideresa comunitaria, Zonas Humanitarias de Curbaradó
Mario Martínez, presidente de la ACVC
Yolanda Becerra, Organización Femenina Popular
[1] «El conflicto, callejón con salida», Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 2003