Articulo publicado en el Boletín especial 15 años, octubre 2009
Louise Winstanley, voluntaria de Gran Bretaña (2004-6)
Los abogados de la Corporación Jurídica Libertad llevan años en la recopilación de casos de ejecuciones extrajudiciales.
Jamás olvidaré la ropa de los niños tirada por el patio de una pequeña granja muy pobre, en la cual vivían 14 miembros de una familia. No todos estaban en casa esa fatídica noche, cuando se afirma que el ejército entró y disparó a todos, excepto a la madre, su bebé y un hijo de dos años. Acribillaron al padre, a los hermanos y hermanas, a la joven esposa que estaba embarazada: ocho personas en total. Había sangre en las paredes, el piso y la cama; cuando le preguntamos al abogado, nos dijo que parecía que habían sido asesinados en sus camas.
Este fue un acompañamiento perturbador que se solicitó a PBI sin mucha antelación. Uno de los abogados que trabajaba con la Corporación Jurídica Libertad, un grupo de abogados de Medellín a los que PBI acompaña desde hace años, había recibido una llamada telefónica y una visita de la madre solicitándole aceptar el caso del asesinato de su familia atribuido al ejército. Había tenido que ir a observar la escena del crimen y recoger pruebas y nos tocó caminar seis horas por las montañas de Antioquia para acompañarlo en esta tarea.
Este abogado había estado trabajando durante varios años en la recopilación de casos de ejecuciones extrajudiciales, muchos de las cuales fueron lo que en Colombia se denominan «falsos positivos»: casos de civiles inocentes asesinados por el Ejército que posteriormente son vestidos con uniformes de la guerrilla, y se les coloca armas a su lado para pasarlos como guerrillero dados de baja en combate. Éstos se agregarían a las cifras de guerrilleros abatidos por una unidad del Ejército particular y por los cuales su batallón recibiría recompensas. La cuestionada práctica de recompensar está reglamentada en la directiva ministerial 029 de 20051.
El acompañamiento de PBI en esta situación era esencial puesto que la misma unidad contra la cual el abogado estaba recopilando casos de ejecuciones extrajudiciales, era la unidad que controlaba el área donde nos estábamos desplazando. Con los peligros que los defensores enfrentan cada día de sus vidas asumiendo la defensa de los derechos humanos, habría sido arriesgado para él aventurarse solo en esta remota región de Antioquia, donde ni existen vías de comunicación.
Cada día, una persona muere víctima de una ejecución extrajudicial en Colombia
Según la Coordinación Colombia – Europa – Estados Unidos 2, el periodo entre enero de 2007 y junio de 2008 fue el más grave en cuanto a denuncias sobre ejecuciones extrajudiciales: 535 personas fueron asesinadas por la Fuerza Pública en Colombia. Es decir, un promedio de una por día. Muchas de las víctimas eran campesinos o jóvenes de barrios marginales que respondían a falsas ofertas de trabajo en otras zonas del país y que eran ejecutadas posteriormente por miembros del Ejército haciéndolas pasar por guerrilleros.
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1 «Directiva Ministerial 029 de 2005», El Espectador, 1 noviembre 2008
2 Coordinación Colombia – Europa – Estados Unidos (CCEEU): Observando, boletín no. 6, 16-31 de octubre de 2008