Articulo publicado en el Boletín especial 15 años, octubre 2009
Matteo Burato, voluntario de Italia (2009)
A finales de los 90 aumentan las agresiones contra organizaciones defensoras de derechos humanos en la capital antioqueña.
A finales de los noventa, hechos violentos contra varias personas defensoras de derechos humanos hacían sospechar un sensible aumento de su persecución. La explosión de una bomba en la entrada de la oficina de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (ASFADDES)1 y de varios artefactos por toda la ciudad2 el secuestro de cuatro investigadores del Instituto Popular de Capacitación (IPC) y los asesinatos de Jesús María Valle Jaramillo3 y Hernán Henao Delgado4, entre otros, revelaban la puesta en marcha de una estrategia paramilitar dirigida a eliminar todas las formas de resistencia en la región.
De hecho, durante esta década, Medellín experimentó una verdadera guerra urbana, una violencia que golpeó duramente el movimiento social en todas sus formas, afectando al tejido social y a toda iniciativa política que había en la ciudad.
Es justamente en este clima de violencia cuando unas ONG empezaron a sentir la necesidad de solidaridad, no solo a nivel local o regional sino también una solidaridad de tipo internacional. PBI llega a Medellín en octubre del 1999, con la intención de acompañar a ASFADDES, al IPC y a la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (FCSPP). El IPC cuenta que los integrantes de PBI de ese momento hicieron un fuerte trabajo de diplomacia ciudadana. Ese esfuerzo ayudó a preservar la integridad de las personas y de las organizaciones acompañadas.
Fuera del área metropolitana, el trabajo de PBI se enfocó sobre todo en el Oriente Antioqueño, donde la Corporación Jurídica Libertad (CJL) avanzaba un trabajo de atención y prevención a las comunidades desplazadas a causa del conflicto armado. Elkin Ramírez, abogado y co-fundador de CJL, destaca que con PBI la Corporación logró ingresar en unas zonas de difícil acceso por los continuos retenes montados que constituían un riesgo muy alto. A partir del 2001, cuando en los barrios la situación se fue agravando, se amplió también el acompañamiento en las comunas de Medellín, donde el Colectivo de Derechos Humanos Semillas de Libertad (CODEHSEL)5 adelantaba procesos de formación con las organizaciones populares.
Las palabras de los acompañados dejan entrever que se construyó una relación muy estrecha entre los integrantes de PBI y de las ONG de aquel período. «Un acompañamiento más clave y estratégico en términos del papel de PBI de acompañar a ONG en riesgo» es como lo define el director de estrategias del IPC.
--
1 El 24 de junio de 1997, una bomba explotó fuera de las oficinas de ASFADDES en Medellín.
2 Se hace referencia a la bomba explotada en el barrio Prado el 29 de agosto de 1999 contra el IPC y por lo menos a otros dos artefactos colocados en Medellín el mismo día con el intento de afectar a la Cooperativa de Trabajadores de las Empresas Varias (Aseo) y a la Unión Sindical Obrera de Antioquia (USO).
3 El abogado antioqueño, presidente del Comité de Derechos Humanos de Antioquia, fue asesinado el 27 de febrero de 1998 en su oficina, tras unas amenazas recibidas después de denunciar los vínculos de algunos militares con las masacres ocurridas en Ituango (Antioquia) a finales del año anterior.
4 El 4 mayo de 1999 Hernán Delgado, director del Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia, fue asesinado por desconocidos que irrumpieron en su oficina en Medellín.
5 Plataforma de organizaciones de derechos humanos que trabajan tanto en la ciudad de Medellín como en el departamento de Antioquia.
6 Líderes de la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (FCSPP)
--
Compartiendo alegrías y tristezas
Martha Soto, ASFADDES
Hace unos diez años mirábamos con mucha expectativa las posibilidades de tener un equipo en la ciudad de Medellín. Fue un año difícil y que definitivamente nos marcó ya que cuando apenas iniciábamos labores, el asesinato de Julio Gonzáles y Chucho Puerta6 nos mostró el estado de indefensión en el cual nos encontrábamos.
Así comenzó el trabajo y llegaron los primeros voluntarios de PBI Pilar y Mikel; un par de españoles que pasaban su primera Navidad en la casa de PBI y que acompañaron principalmente a los familiares de la Asociación. Luego el equipo fue creciendo y llegaron Fidel, Teresa, Jacobo, Helena, Mariana, Mirjan y Roberto, un equipo que nos acompañó no solo en el trabajo, en las fiestas y en las alegrías, sino también estuvo presente en un momento muy difícil en la vida de ASFADDES y de Colectivo de Derechos Humanos Semillas de Libertad (CODEHSEL), la desaparición forzada de Ángel y Claudia. Con ellos a nuestro lado cuando trabajamos la denuncia y la búsqueda incesante, una búsqueda que aún permanece en nuestras vidas.
Después de estos difíciles meses, en los que incluso la oficina de la seccional tuvo que ser cerrada, el equipo Medellín de PBI fue el que de alguna manera mantuvo unidos a los familiares con la disculpa de la Navidad. En febrero 2001, cuando tomamos la decisión de volver al trabajo, allí estuvo PBI acompañándonos todo el tiempo por los desplazamientos, en la oficina y en todo el trabajo que emprendimos hasta que nuestra oficina estuvo consolidada nuevamente.
Con el total convencimiento de que el acompañamiento de PBI en nuestra ciudad ha sido fundamental para nuestro trabajo damos hoy los más sinceros agradecimientos a todos y cada uno de los voluntarios que han sido parte del equipo y que han ayudado a que nuestro trabajo de acompañamiento a las víctimas sea posib